Son muy pocos los afortunados que, a la hora de comprar un inmueble, disponen de la cantidad necesaria para poder pagar su precio sin necesidad de financiación. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los nuevos propietarios se ven obligados a contratar una hipoteca.

hipoteca fija o variable

Para saber si la operación es viable o no, es imprescindible calcular cuota hipoteca. Eso sí, la cantidad que mensualmente deberá pagarse puede variar o, por el contrario, mantenerse fija. Hablamos de dos tipos de hipotecas distintas, las cuales hay que conocer de antemano para tomar una buena decisión.

Si no sabes cuál es la mejor ahora mismo, sigue leyendo. Y es que a continuación averiguaremos las diferencias existentes entre ambos tipos. Tras hacerlo, también desvelaremos la cuestión inicialmente planteada: ¿cuál conviene más en pleno 2023?

Diferencias entre hipotecas fijas y variables

Para entender las diferencias que hay entre estos dos productos que ofrecen las entidades bancarias, es fundamental saber que existe un índice de referencia muy importante, el cual recibe el nombre de euríbor.

Son numerosos los productos de tipo financiero cuyos intereses se basan en este índice de referencia. Así pues, la cuota mensual que han de abonar los usuarios aumenta si hace lo propio el euríbor. Pero, ¿qué pasa si disminuye? El precio a pagar cada mes también lo hace, pasando a ser unas cuotas más asequibles.

Generalmente el euríbor es un claro síntoma del estado actual que tiene la economía. Precisamente ahora que nos encontramos en una época de crisis, el valor está por las nubes, aunque en dicho aspecto profundizaremos más adelante. Antes toca ahondar en las diferencias que hay entre los dos tipos de hipotecas.

Entender el concepto de las hipotecas fijas es muy sencillo: la cuota mensual es siempre la misma. Sea cual sea el escenario económico actual y futuro, la hipoteca exige desembolsar siempre una cuantía idéntica, factor que se traduce en tranquilidad, seguridad y estabilidad.

Por el contrario, las hipotecas variables dependen del euríbor al que nos hemos referido en anteriores párrafos. La cuota cambia cuando toca revisar la hipoteca. Si en el momento de la revisión el indicador ha cambiado, la mensualidad subirá o bajará en consecuencia.

Sea cual sea el período que transcurra hasta la próxima revisión de la hipoteca, cuando tiene lugar se tiene en cuenta el valor actual del euríbor para aumentar los intereses que se están pagando por ese producto financiero o, por el contrario, reducirlos.

Este tipo de hipotecas tienen una desventaja que hay que asumir. Nos referimos al hecho de que el propietario nunca sabe cuánto tendrá que pagar más adelante, factor que se traduce en que resulte complicado hacer una buena planificación de la economía doméstica.

Tal vez creas que los cambios que pueden producirse a nivel de intereses sean de poca cuantía, pero nada más lejos de la realidad, tal como veremos ahora.

Hipotecas variables en 2023

En el año 2021, los propietarios que se decantaban por las hipotecas fijas recibían comentarios de los propios banqueros y de su entorno más cercano, los cuales hacían referencia a que el euríbor probablemente seguiría bajando y, por ende, pagarían menos en caso de recurrir a los productos financieros de intereses variables.

En enero del año 2022 el euríbor empezó una escalada que, a día de hoy, todavía continúa. Esto da pie a que algunos españoles están pagando 300, 400 o incluso 500 euros más cada mes si contrataron una hipoteca de tipo variable en 2021.

Aquellas personas a las que les quedaban pocos miles de euros para terminar el producto hipotecario no se vieron tan afectadas. Sin embargo, las que firmaron el contrato en 2022, 2021 o 2020, están viviendo ahora la parte alcista del euríbor que de momento no sabemos cuánto durará y si en unos años volverá a terreno negativo. Muchas familias se ven incapaces de llegar a final de mes, puesto que una hipoteca que antes exigía gastarse 600 euros mensuales ahora obliga a abonarle al banco casi 1.000 euros.

¿Qué tipo de hipoteca es mejor ahora? Depende. Hay que valorar diversos factores, por ejemplo, a cuántos años queremos el préstamo. Si es a 25 o más años, lo más recomendable es una hipoteca fija por la estabilidad que puede aportar. Si la hipoteca es más corta en el tiempo, unos 10 o 15 años, podría ser una buena idea una variable.

También hay que tener en cuenta la cantidad de hipoteca que vamos a pedir: cuanto más elevada sea más pagaremos cuando el euríbor suba. Es por ello que, en estos casos, también podría ser una buena idea una hipoteca fija.

Si quieres tranquilidad y no pensar mucho en las revisiones de la hipoteca dormirás más tranquilo con una fija. Si por el contrario tienes capacidad económica para afrontar las posibles subidas del indicador y te gustaría hacer amortizaciones al préstamo, tu hipoteca es la variable. En cualquier caso, la clave está en comparar y encontrar la mejor opción para cada usuario.

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