La pregunta “¿Puedo poner piso a nombre de mi hijo?” es una de las más frecuentes cuando los propietarios se plantean el pago futuro del impuesto de sucesiones, incluso en algunas ocasiones a la hora de comprar una vivienda, el comprador se plantea si ponerla a su nombre o directamente al de su hijo para evitar futuros pagos. Sin embargo, ¿es esto posible? y si lo es ¿es legal?
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Lo cierto es que es posible pero hay que entender bien todas las posibilidades:
La donación es un traspaso directo de la propiedad de la vivienda a quién decidas. Parece sencillo, pero también implica un coste fiscal bastante alto. De hecho, si un hijo percibe el piso de sus padres por herencia lo más probable es que no tenga que pagar ningún impuesto, ya que normalmente el impuesto de sucesiones de padres a hijos está bonificado en la mayoría de las comunidades autónomas, o si tiene que pagarlo el importe será muy inferior al impuesto que grava las donaciones.
Además, una donación se debe declarar en el Impuesto sobre la Renta, como si se estuviera vendiendo el piso, por lo que la cantidad de los impuestos asciende considerablemente.
Así que, efectivamente, es un mito que sea más barato donar que heredar.
Venta
Otra posibilidad es que el padre decida venderle el piso a su hijo. En este caso también deben pagarse algunos impuestos, entre ellos, el impuesto de transmisiones patrimoniales y el impuesto sobre la renta, además de los gastos derivados de la venta y otros impuestos menores.
Asimismo, si un hijo le compra el piso a sus padres, deberá acreditar que realmente lo ha pagado, porque sino la administración tributaria entenderá que se trata de una donación y pagar el impuesto correspondiente.
Otros inconvenientes
A la hora de donar o vender un piso a tus hijos, se debe tener en cuenta si tu hijo está casado en estado de bienes gananciales, ya que en el caso de ser así, si se divorcia el piso puede generar problemas la hora de la repartición.
Por otro lado, si decides donar o vender el piso a tu hijo en vida pero tu intención es continuar viviendo en él mientras vivas, lo mejor es que conserves el usufructo para que nadie pueda echarte del mismo si la situación cambia.
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