La principal diferencia entre hipoteca fija y variable es el tipo de interés que se les aplica y, por tanto, las condiciones que las entidades bancarias ofrecen para cada uno. Así, para poder elegir la hipoteca que te puedes permitir debes tener en cuenta algunos factores.
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Tipo de interés
Una hipoteca fija aplica el mismo tipo de interés durante toda la duración del préstamo. De esta manera la cuota a pagar siempre es la misma, ni sube ni baja y el cliente conoce desde el principio cuánto pagará en cada cuota. Así se evita sorpresas inesperadas como consecuencia de las subidas del Euribor u cualquier otro índice que se tenga en cuenta en el tipo de interés variable.
Por el contrario, el tipo de interés variable, como su propio nombre indica, hace que la cuota de la hipoteca varíe. En concreto, un tipo de interés variable está formado por un diferencial fijo y un índice de referencia, normalmente el Euribor, cuya subida o bajada influye en la cuota a pagar.
Mira el video completo. Cómo afecta la subida del Euribor en las hipotecas de tipo variable
Plazo de amortización
Es habitual que las entidades bancarias ofrezcan tipos de interés fijo en las hipotecas más cortas y plazo de interés variable en las de largos años. Así que saber qué plazo de amortización máximo quieres pedir te ayudará a solicitar la hipoteca que mejor se ajusta a tus necesidades.
Cuota hipotecaria
La cuota hipotecaria que puedes asumir pagar mes a mes será el factor que más condiciona tu elección entre una hipoteca fija o variable. Si necesitas una cuota reducida la hipoteca fija no será inicialmente la mejor elección ya que, como ya hemos comentado, el plazo de amortización suele ser más corto y limita la posibilidad de cuotas reducidas. Además, una vez establecida, la cuota no cambiará durante toda la duración de la hipoteca.
Una hipoteca variable, por el contrario, suele contar con un mayor plazo por lo que las cuotas se reducen, pero además, a lo largo de los meses las cuotas pueden ser más bajas (o más altas) según el valor del índice de referencia. Lo más común es que cada seis meses el tipo de interés se actualice teniendo en cuenta el valor del euríbor.
Dicho esto, a grandes rasgos, tomando como referencia el mismo plazo de amortización, la cuota mensual de una hipoteca variable suele ser menor que la de una hipoteca fija, ya que el tipo de interés de las variables suele ser más bajo.
¿Cuál es entonces la mejor decisión a la hora de elegir entre una hipoteca fija y variable?
La hipoteca fija es la opción más acertada para quién prefiera la seguridad de saber de antemano la cuota mensual de su hipoteca, sin variaciones. Eso sí, se debe tener en cuenta la capacidad de pagar la hipoteca en un periodo de tiempo menor.
Por otro lado, la hipoteca variable será la mejor para las personas que quieran reducir su cuota hipotecaria, y no le importa que esta esté vinculada a las revisiones que se realicen según el Euribor.
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